Técnicas de cultivo de cereales
En todos los cultivos, cada una de las técnicas de cultivo aplicadas en el periodo que va desde la preparación del suelo hasta la cosecha es como los eslabones de una cadena. El rendimiento resultante será proporcional a la fuerza del eslabón más débil. Por ejemplo, el rendimiento que se obtenga de un campo sin suficiente fertilizante disminuirá en proporción al fertilizante insuficiente, aunque todas las aplicaciones que no sean fertilizantes se realicen íntegramente y a tiempo.
La agricultura ha sido una fuente básica de sustento para la humanidad y los cereales ocupan un lugar importante en la producción agrícola. Los cereales desempeñan un papel importante en la nutrición humana y contribuyen en gran medida a la economía de muchos países. Por este motivo, se han desarrollado diversas técnicas para aumentar la productividad del cultivo de cereales. En este artículo, trataremos los detalles y métodos de aplicación de las técnicas de cultivo de cereales.
1- "BUEN AGRICULTIVO" para acumular la mayor cantidad de agua en el perfil del suelo y preparar un lecho de siembra óptimo,
2- "SIEMBRA" en un buen lecho de siembra con herramientas en buen estado, a tiempo, en cantidad óptima y a la profundidad adecuada, con semillas de calidad,
3- "RIEGO" a realizar con el sistema adecuado en cantidad para obtener el máximo rendimiento en zonas agrícolas de regadío,
4- "FERTILIZACIÓN" de acuerdo con la humedad del suelo, la pluviometría, las necesidades de las plantas y el nivel de productividad y
5- "CONTROL DE LAS HIERBAS" eficaz.
Preparación del suelo
El proceso de cultivo de cereales comienza con la preparación del suelo. El suelo debe cultivarse y prepararse adecuadamente. El objetivo de este paso es garantizar que las semillas germinen fácilmente y que las raíces crezcan sanas. Se pueden utilizar diversas técnicas para cultivar el suelo, como el arado profundo, el disking, el harrowing, etc.
Selección de semillas
Elegir la semilla adecuada es de gran importancia en el proceso de cultivo de cereales. Para obtener cosechas de alta productividad y calidad, hay que seleccionar la variedad adecuada. En la selección de las semillas deben tenerse en cuenta diversos factores, como las condiciones climáticas, el tipo de suelo, la resistencia a las enfermedades, etc. Además, deben preferirse las semillas certificadas. Además, deben preferirse las semillas certificadas.
Técnica de siembra
Sembrar correctamente los cereales es un paso fundamental para aumentar la productividad. Factores como el momento de la siembra, la profundidad de la semilla y la distancia entre hileras deben establecerse correctamente. Utilizar las técnicas de siembra adecuadas garantiza que las semillas tengan un entorno de crecimiento óptimo.
Fertilización y riego
La fertilización y el riego ocupan un lugar importante en el proceso de cultivo de cereales. Deben utilizarse técnicas de fertilización adecuadas para aumentar la fertilidad del suelo y garantizar un crecimiento sano de las plantas. Además, hay que regar regularmente para satisfacer las necesidades de agua de las plantas. Los métodos de riego incluyen técnicas como el riego por goteo, el riego por lluvia y el riego por pivote.
Control de enfermedades y plagas
El control de enfermedades y plagas es importante en el cultivo de cereales. Deben realizarse controles periódicos de enfermedades y plagas para garantizar un crecimiento sano de las plantas. En caso necesario, pueden utilizarse métodos de control químico o biológico.
Técnica de cosecha
La cosecha de los cereales también es una fase importante. El momento de la cosecha debe determinarse con precisión y las técnicas de recolección deben aplicarse correctamente. Los granos cosechados deben secarse y almacenarse adecuadamente.
Después de todas estas prácticas, una de las condiciones sine qua non para obtener el resultado más eficaz es la selección de "ESPECIES VARIEDADES DE ALTO RENDIMIENTO" con un alto potencial de rendimiento, resistentes al frío, a las enfermedades y a las plagas.
Aquí no mencionaremos por separado cada una de las técnicas de cultivo mencionadas, pero creo que sería útil mencionar una cuestión que provoca una disminución del precio unitario del producto producido por el productor en la venta del producto, que puede evitarse sin mucho esfuerzo. Se trata de la "CANTIDAD DE SEMILLA" utilizada en la siembra.
El hábito de utilizar más semilla de la necesaria, que se practicaba durante el período sin sembradoras diciendo "a este lobo, a este pájaro", se sigue practicando en muchas regiones.
Si bien puede ser suficiente utilizar entre 18 y 22 kg de semilla por decárea, especialmente para el trigo panificable, teniendo en cuenta las características de ahijamiento de la variedad cultivada, se observa que esta cantidad aumenta hasta 25-30 kg por decárea en la siembra con semilla certificada sobre un lecho de siembra bien preparado en un suelo bien tratado, en el momento de siembra adecuado, a la profundidad apropiada.
Después de esta práctica, los hermanos en variedades con alta capacidad de ahijamiento no pueden ser alimentados suficientemente y los granos quedan de tamaño insuficiente. Esto disminuye el peso de mil granos y hectolitros del producto y, por tanto, el rendimiento. Además de la disminución del rendimiento, este producto puede perder fácilmente su precio en el mercado, ya que habrá una pérdida de calidad debido a la disminución del rendimiento en harina. Sin embargo, evitar estas pérdidas es tan fácil como una intervención en la siembra de la sembradora.
Aunque la fecha de siembra adecuada varía según la región, es la que permite que el grano entre en el invierno en el periodo de 3-4 hojas. Si la siembra no se pudo realizar en el momento adecuado y se retrasó, si fue necesario sembrar en un lecho de siembra mal preparado con terrones, si la siembra se realizó a tiempo pero no se regó a tiempo, es decir, si la emergencia puede retrasarse por falta de humedad adecuada, es útil aumentar en unos kg la cantidad de semilla que se va a utilizar en la siembra.
El exceso de semilla utilizada de otro modo significa enterrar innecesariamente en el suelo el producto que puede servir de alimento, perjudicando la economía nacional y derrochando dinero.